5 preguntas que NUNCA debes hacerle a tu servicio de email marketing

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Te saluda amablemente una voz al otro lado del teléfono… Pero espera, ¡no digas nada! ¿Cuáles son las preguntas que JAMÁS debes hacerle a una herramienta de email marketing? ¿Cuáles harán que se burlen de ti?

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«¿Les puedo comprar una lista de emails? ¿Podéis prestármela?»

Huy, ¡vaya por Dios!… Te lo explicaré con mucha, mucha paciencia.

¡Nun-ca! ¡Te com-pres! ¡Lis-tas! ¡Jamás, ni hablar! Ni siquiera lo pienses. !Vete, pensamiento de Satán, vete! Y ojo con cualquier situación en la que te intentan vender listas.
«P-p-pero ¿por qué?». Bajas, bounces, spamtraps – ¡el tridente de tu ruina! Te garantizo que cualquier lista de emails que te ofrezcan va a estar plagada de:

– direcciones que nunca han dado permiso para recibir emails
– direcciones inválidas o muy antiguas
– deseo compulsivo de matar

“¿Matar a quién?”. ¡Tu empresa y tu marca! Gmail, Hotmail, Yahoo y demás sistemas de correo bloquearán tus emails. Te bombardearán con quejas de spam. Te pondrán  en lista negra tu sitio web. Hay varias explicaciones para esta reacción alérgica, pero de algo puedes estar seguro: si te llevas una lista de emails, arruinarás tu reputación de envío y ¡dañarás a tu marca para siempre!

Y lo que es todavía más humillante, seguro que a la hora del café en la empresa con quién has hablado tu nombre será mencionado – por los peores motivos.

Lo que debes preguntar es…

«No tengo ninguna lista de emails. ¿Cómo puedo crearla y hacerla crecer?»

Muy bien, ahora sí que podemos ayudarte. Hay dos palabras clave que debes tener presente: «permiso» y «interés«. Desde luego, a por mantener tu web actualizada con excelente contenido que enamore a tus visitantes y sin el que no puedan pasar ni un solo día. De paso, añade un formulario de suscripción para que reciban tus novedades por email. Menciona claramente en el propio formulario el tipo de noticias que vas a enviarles (así como su frecuencia) y usa un sistema de confirmación (doble opt-in) para que te asegures de que los suscriptores realmente han dado permiso para recibir tus emails.

Sí, tendrás que empezar desde cero, pero una casa no se puede construir por el tejado, y mucho menos con tejas rotas. Ningún proveedor de email marketing digno de ese nombre te ofrecerá una base de datos de emails (o, peor aún, su propia base de datos de clientes – ¡corre por tu vida si acaso lo hacen alguna vez!). Otras soluciones mágicas (como co-marketing o alquiler de bases de datos) se balancean en la cuerda floja de la ley y casi nunca te dan los resultados que deseas. Es verdaderamente importante que lo hagas todo bien desde cero. Si buscas «hacer crecer lista emails» en Google, te van a salir muchos y buenos artículos.

 «¿Puedo enviar 200 millones de emails? ¿Ya mismo? ¡Anda porfi, porfi!»

Hola, saludos desde la Tierra, ese planeta lejano. Tenemos un mensaje para ti:

¡Eres un spammer!

Aunque no te des cuenta de ello.

Es absolutamente imposible que cada una de las personas incluidas en esos fantastillones de direcciones de correo te hayan dado permiso para recibir tus emails.Especialmente si necesitas enviarlos ahora mismo.

«Pero…»

Shhh, te haré un favor: cuelgo tu llamada.

«Pero oye amigo, tengo dinero, te puedo pagar, tengo muchas tarjetas de crédito e incluso puedo ofrecerte…»

Shhh, casi, casi. *clic*

Lo que debes preguntar es…

«Tengo una lista con 200 millones de emails. ¿Cómo puedo aplicar las buenas prácticas?»

Así es mucho mejor. Aunque los proveedores de servicios de email marketing te miren de reojo, muchos estarán dispuestos al menos a ayudarte. Dependiendo de cómo obtuviste esos emails (¡qué no los hayas comprado, por favor!), el propio proveedor o un servicio de limpieza externo puede analizar tu lista, eliminar los duplicados y borrar las direcciones inválidas o en desuso.

Ten en cuenta que esa limpieza deberá reducir tu colosal base de datos a unos cuantos miles de direcciones, pero al menos ahora puedes brindarles valor. Prepara bien un email especial para recuperar a estos suscriptores (probablemente hace tiempo no tienen noticias tuyas) y gánate poco a poco su confianza e interés enviándoles mensajes relevantes, útiles y que les encante recibir en la bandeja de entrada. Y dicho sea de paso…

«¡Exijo que mis correos lleguen a bandeja de entrada o que me devuelvan mi dinero!»

Relájate.

Respira profundo.

Te diré esto sólo una vez, así que presta atención.

¡A la bandeja de entrada le importa un bledo lo que tú exiges!

¿Por qué? Imagínate que alguien que no conoces exige que le dejes entrar en tu casa cuando quiera. ¿Cómo reaccionarías? Es justamente eso lo que Gmail, Outlook.com, Yahoo y similares piensan de ti.

Lo que debes preguntar es…

«¿Cómo puedo mejorar la eficacia de entrega de mis correos?»

Así sí, mucho mejor, dado que aquí tu herramienta de email marketing puede echarte una mano. Piensa en esa herramienta como si fuera un cartero que entrega tu carta en persona al portero de un complejo residencial. El portero (es decir, Gmail, Yahoo, etc.) solamente la hará llegar al destinatario si confirma que:

– el sobre viene correctamente sellado y rotulado;
– un residente del complejo ha solicitado expresamente que le envíes tu carta;
– a ese residente le gusta mucho leer tus cartas y suele abrirlas cada vez que las recibe.

Tu herramienta de email marketing se ocupará automáticamente del sobre y te facilitará formularios de suscripción para garantizar que solo reciba tus cartas quién las haya solicitado. Sin embargo, el interés de las personas depende totalmente de lo que les dices. Como es natural, ningún portero entregará una carta muy bonita y perfumada a alguien que la rompe en mil pedazos frente de él.

Por eso ¡el interés que muestran las personas por tus emails (también denominado «engagement») es fundamental!

Por supuesto que hay operaciones técnicas que pueden ayudar tus envíos a impulsar la preferencia de los servicios de email. Sí, la manera en que diseñas tu email es muy importante. Sí, hay certificaciones que contribuyen a mejorar la eficacia de entrega. Pero en cuanto a los grandes servicios de correo electrónico (ISP), lo que verdaderamente importa es el interés que las personas demuestran por los emails que les envías. Si les encantan tus correos, igual que a los ISP les encantará. Y si a los ISP les encantan tus correos, seguro que se mostrarán mucho más dispuestos a hacerlos llegar a la bandeja de entrada.

 

«¿Me puedes regalar otros 14 días gratis? ¿O un mes entero? ¿O quizás seis? Solo para un par de pruebas más.»

Por supuesto. ¿Quieres una galleta para acompañar? ¿Qué tal mi chaqueta? Espera, ya lo sé: ¡toma, llévate mi cartera!

Lo que debes preguntar es…
«Me puedes dar un poco más de tiempo para probar vuestro sistema y asegurarme que es el ideal para mí?»

Ahora sí, hablamos como adultos. Aún así muchos servicios de email marketing te dirán que no, pero al menos tendrán en cuenta tu solicitud en vez de simplemente reírse de ti. Siempre y cuando tengas un excelente motivo para solicitar que tu periodo de prueba se amplíe, quizás te lo concedan.

¿Te parece un tanto exagerada esa burocracia para lo que en esencia es solo una prueba? Al fin y al cabo, si un servicio da una prueba gratuita a todo el mundo, ¿por qué no puedes probarlo un poquito más? Es una postura comprensible hasta que te des cuenta que con esa prueba la empresa que presta el servicio decidió facilitarlo a TODO EL MUNDO, asumiendo carga y costes muchísimo mayores en sus servidores e infraestructura, en vez de ir a lo seguro y trabajar exclusivamente para un puñado de prospectos calificados. Sí, ¡por ti la empresa está perdiendo dinero ahora esperando que la transparencia de las pruebas y el boca a boca aporten beneficios después!

Además, la mayoría de los servicios de email marketing con prueba o plan gratis gestiona sus clientes a través de un sistema automático que no admite excepciones. De ahí que los técnicos odien a lo melosos que se ponen algunos clientes con el personal de ventas para obtener una prueba más prolongada que acaba por bloquear, por ejemplo, todo el sistema de facturación.

No tengas el descaro de ser ese cliente.

Y hablando de descaro…

«¿Me pasan el móvil personal de la guapísima chica que gestiona a mi cuenta?»

No.

«Pero hoy es San Valen…»

No.

Publicación compartida por e-goi

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