Pantone es el rey indiscutible del color, tanto que cada año elige a un color que permanecerá en tendencia para todas las disciplinas creativas. Pero, más allá de lo virtual y los códigos hex, ¿conoces de dónde se obtuvieron los pigmentos originales para obtener la gama de colores que tenemos ahora?.
En una escena de El diablo viste a la moda, el personaje de Meryl Streep le explica a Anne Hathaway cómo la industria de la moda hace una selección particular para cada temporada (en ese caso habla del azul ceruleo), y que a pesar de no ser fashionistas, cómo la elección del color forma parte fundamental del proceso creativo de todas las disciplinas – de la moda al diseño web, industrial y de interiores.
Desde la prehistoria se utilizaban colores primitivos, que se obtenían de materiales naturales, como el el ocre, que proviene de la oxidación del hierro. Otros colores usados en las pinturas de las cavernas son el blanco de tiza, un mineral que forma parte de la piedra caliza.
Hablando de verdes, por ejemplo, el color malaquita proviene del color mineral del cobre pulverizado, mientras que el rosa esmeralda era un pigmento que resultó tan tóxico que terminó vendiéndose como veneno para ratas.
El magenta, un color primario del CMYK y que muchos identificamos como el color rosa mexicano, originalmente era llamado fuschine, pero toma el nombre de magenta en honor de una batalla ocurrida en Italia en 1859.
Los azules originalmente eran pigmentos muy escasos en Europa que provenían del medio oriente, y por consiguiente era un color reservado a la aristocracia y a la realeza, los únicos que podían pagarlos (de aquí el tono azul rey). Después de 1706, gracias a la invención del azul de prusia, el color se democratizó y fue más accesible para los artistas; por ello, lo vemos presente con mayor frecuencia en las pinturas de éste periodo. Mención especial merece el azul klein, un tono especial de azul sintetizado por el artista Yves Klein en 1960 que gracias a la base química que contiene para mantener el pigmento unido a la superficie en la que se aplica, le proporciona una profundidad especial que mantiene el color casi puro del pigmento azul ultramar del que está compuesto.
Gracias a la revolución industrial, muchos pigmentos sintéticos vieron la luz y llegaron a nuestros días, aunque al principio eran bastante tóxicos: amarillo cromo, verde viridiana, azul francés, y el verde de scheele, un color muy popular hasta que se descubrió su gran contenido de arsénico y sus efectos nocivos para la salud.
Si no fuera por una serie de invenciones científicas, aún tendríamos una paleta muy parecida a la del siglo XVII, sin muchos de los colores vibrantes que podemos utilizar ahora. Incluso, algunos colores más comunes, como el índigo, magenta o verde esmeralda, tienen una historia muy larga e interesante: desde la prehistoria, pasando por el antiguo egipto hasta llegar a la revolución industrial y nuestros días.
Así, los colores que somos capaces de reproducir e integrar en cualquier espacio tienen una historia muy interesante y poco contada. ¿Cuál es tu favorito?